Los padres y los niños afectados por las situaciones de crisis nombran persistentemente la educación como una de sus prioridades. Cuando los niños reciben una educación, sean cuales sean sus circunstancias, toda la sociedad se beneficia: la educación puede estimular el crecimiento económico y reducir la pobreza y las desigualdades. Además, la educación contribuye a restablecer la paz y la estabilidad.
Trabajamos desde los CIIE, como formadores que acompañamos y brindamos herramientas para que directivos y docentes puedan garantizar a los alumnos , un nuevo modelo organizacional institucional, aulas virtuales y no virtuales que permitan estar en la en la escuela en tiempos de emergencia, compartiendo, que puedan aprender a pesar de sus circunstancias.
Proporcionamos formación y materiales de aprendizaje para los profesores. Ayudamos mediante ellos a los niños a desarrollar las destrezas que necesitan para afrontar las actividades propuestas y reducir su exposición al peligro. Trabajamos con profesores, padres y miembros de la comunidad para asegurarnos de que todos los niños reciben la atención y el material necesario para desarrollar sus tareas. Trabajamos con las direcciones docentes para optimizar las propuestas y los recursos que nos brindan para que los programas de continuidad pedagógica estén incluidos en sus planes.
El cómo nos relacionamos con los niños, niñas, jóvenes, adultos y personas mayores será determinante para vivir y salir de manera favorable de la situación de emergencia. Esto es crucial porque surge la necesidad del vínculo de estar con el otro, el ambiente seguro, y de complicidad de la experiencia de vida. De este modo resulta necesario escuchar, escucharse, observar y observarse.
El apoyo de profesionales de diversas áreas será necesario para saber amortiguar situaciones complejas y esto es urgentes trabajar
“Una apuesta educativa es la presencia y el reconocimiento de una educación comunitaria que se haga visible y posible de estar en el espacio local para hacer una comunidad que se construye de manera permanente y que resguarda los riesgos y busca atender las necesidades e interés con una base local cohesionada. La respuesta educativa ante la emergencia debe ser atendida y en este caso con valoración a la comunidad local entendida como una gran educadora que permita identificar y rescatar su propia cultura, planificar su espacio privado y público.
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